Los pilares de la Tierra

No es la fuerza del hierro
lo que aguanta
la cúpula del mundo.
Ni el ingenio redondo
de la rueda
lo que impulsa su marcha.
Por debajo del hierro y de la rueda,
en la raíz del día,
arde la sed
de las palabras necesarias:
Gracias. Perdóname. Te quiero.

 

(Carne misericordia, 2022)

Inocencia II

Hacerse niño para siempre,
adulto roto
que regresa
al interior de Dios.
Y allí pinta palabras,
dibujos, garabatos;
signos que comunican:
Yo estuve aquí,
cuando todo era blanco.
Yo estuve aquí,
cuando todo era gracia.

Y sus dedos recorren
las paredes,

reconociendo entrañas,
acariciando nervios
familiares.
Yo estuve aquí.

Y Dios
respira con cuidado.
No quiere despertar
al niño adulto
que duerme en su interior.
Por fin, ha vuelto a casa.
Por fin, la paz.

 

(Carne misericordia, 2022)

Luz amable

De pronto, miro a la luz
bañar todas las cosas.

Miro cómo las nombra,
cómo las sueña.
De todas, saca amor.

De pronto,
hay algo diferente
en la manera
en que miro mi vida.

De pronto, la acogida.

De pronto, la benevolencia.

 

(Carne misericordia, 2022)

Áspera nada

(variación sobre un tema de León Felipe)

 

¿Y si hubiese dos clases de hombres?

¿El hombre nihilista y el cristiano?

¿El hombre de la Nada y el hombre de la Cruz

redentora de Cristo?

¿Cambiaría el sentido de la historia?

 

Y dijo el nihilista:

Escucha, Dios, nos has dejado hambrientos.

Tu carne ya no sabe a nada.

Venga,

vamos a masticarnos los unos a los otros.

Vamos a devorarnos como Tú

nos devoras.

 

Yo no deseo amarte.

Tu gran amor de brazos encrespados

se extiende por mi vientre.

Es una inmensa tenia y yo, Señor,

¿levantaré mi fe sobre la nada?

 

Y replicó el cristiano:

Oh Dios, desguázame por dentro;

arrasa con tu luz

mi oscuridad, mi noche.

Punza con tus mil uñas mis sentidos

al asqueroso potro del dolor.

Porque, ¿sabes Señor?, a los cristianos

no nos gusta tu Cruz,

no nos gusta

el divino estandarte

con que Tú nos redimes.

 

Atravesamos el desierto

porque no hay más remedio, porque

tenemos sed de Ti,

sed de tu nube y hambre

de tu maná.

¡Nube! ¡Maná! ¡Fe!

Vivir es confiar en que tu mano existe

y acompaña

nuestro santo abandono.

 

Ah, el hombre nihilista,

el cristiano,

ciudadanos del cielo,

desterrados

que van de tumbo en tumbo,

rebotando

contras las cosas más redondas,

rebotando

contra las cosas más elementales:

Belleza, Luz, Amor.

 

(Áspera nada, 2014)

Efecto Lázaro

A lo lejos, la fe te hace señales;

quisieras descifrarla.

Es una llama viva.

Tú y yo

llevamos varios años muertos.

Nos queda la esperanza

del efecto Lázaro:

que a través de la noche de los tiempos

nos llamen unos ojos

rugientes como tigres de Bengala.

 

(Áspera nada, 2014)

Posmodernidad

En la Escuela de la Nada,

el pensamiento débil

es el mejor alumno.

No protesta por nada,

no se queja de nada

porque nada

en la abundancia del saber

tecnológico:

control, alt, suprimir.

Lo que dijeran Marx o Agustín,

¿qué importa?

 

(Áspera nada, 2014)

Eros es Dios

Amor, en lo más hondo de la carne

                   Miguel Sánchez Gatell

 

 

Me dicen que eres ágape,

dispuesto al sacrificio.

Y yo que sí,

                     que es cierto.

¿Y cómo no va a serlo

después de tanta Cruz y tanta Eucaristía?

Mas

           no olvidemos

tu amor en lo más hondo de mi carne;

el secreto temblor que nos recorre

en la cima del éxtasis.

Por no hablar —¡cielo santo!—

de esas misas salvajes,

cuerpo a cuerpo,

donde Tú te me entregas

con la pulsión a punto de romperse.

¿Y qué decir

del modo en que perdonas mis pecados?

Yo venga a hacer el tonto

—¡admirable constancia!—,

y Tú:

           Anda, amado mío,

levántate y no peques más.

Enjúgate las lágrimas

y vamos a querernos

a un lugar apartado.

Ven, vámonos,

que es tarde y anochece.

 

(Un secreto temblor, 2011)

 

Cena para dos

Recoges en un cuenco la belleza

del mundo. Es redonda y gira

interminablemente tuya.

Tú quieres entregarla

como se entrega el pan caliente.

Y sirves una cena para dos.

Amor, abrirse inacabable.

 

(Un secreto temblor, 2011)

Ardiente secreto

Esperaré a la noche

para contarte cosas que ya sabes.

Te cubriré la frente con mi mano

con cuánta lentitud, con qué misterio.

Hablaremos de fechas

extrañas para el mundo.

Y te sorprenderás.

¿Cómo entender la luz de dos hogueras,

la intimidad del fuego?

 

(Un secreto temblor, 2011)

Oficio

Toda belleza es comunicación,

entrega de unas manos a otras manos.

Con esfuerzo, lo aprendieron los hombres.

Ahora se arrastran entre sombras

por los rincones de la eternidad.

Amor, amor, dicen todas las cosas.

 

(Un secreto temblor, 2011)

 

Elogio a los poetas

Los poetas

―almas introvertidas, casi siempre―

se entienden a menudo con la vida

en muy pocas palabras.

                                          Son

para los charlatanes de este mundo

un ejemplo modesto de elocuencia.

 

(Bancos de arena, 2006)

Hombre gris

Las calles están llenas de ternura,

de manifestaciones espontáneas

de cariño.

Una muchacha pasa en bicicleta;

acelera de pronto y te regala

unos ojos cargados de colores.

Pero tú los esquivas

                                por si acaso:

no vaya a ser que escondan

un motivo añadido a tu tristeza.

 

(Bancos de arena, 2006)