Ciertas dinámicas laborales han propiciado una escalada de insatisfacción y estrés.
Crece el deseo de dejar atrás la dialéctica “ellos contra nosotros” y de avanzar hacia algo distinto.
Iniciativas recientes reclaman el derecho a pensar y a hablar por cuenta propia frente a la intolerancia uniformadora.
Analistas de distintos medios explican por qué la reacción ante la muerte de George Floyd ha sido tan enérgica.
Ahora que algunas informaciones toman por frágiles y desvalidos a cada vez más grupos, hay que subrayar la capacidad de los jóvenes para afrontar la adversidad.
Hace falta sentido crítico frente a la cultura dominante, pero también apertura para reconocer los aspectos positivos del cambio social.
Pensar a largo plazo resulta útil tanto para prevenir amenazas futuras como para imaginar nuevas visiones del progreso.
El martilleo de consignas sobre la diversidad no ha impedido que los cinco candidatos a la cabeza sean blancos.